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Un modelo de trabajo basado en la solidaridad y la democracia
"Una Cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada."
Cada Cooperativa es una empresa, en el sentido que es una entidad organizada que funciona en el mercado, por lo tanto debe esforzarse para servir a sus miembros eficiente y eficazmente.
El emblema de la Cooperativa representa los valores fundamentales de unidad, trabajo colectivo y compromiso con la comunidad. Cada elemento gráfico fue pensado para reflejar nuestra misión: mejorar la calidad de vida de nuestros asociados y contribuir al desarrollo sostenible del entorno.
Significan que se necesitan dos o más personas para que haya cooperación. Representan la necesidad de trabajar juntos.
Representa al mundo que todo abarca y todo lo contiene. Es también símbolo de plenitud y unidad.
Verde oscuro: Representa la vida y la naturaleza. Amarillo oro: Simboliza el sol, fuente de vida y energía.
Existen diferentes tipos de cooperativas según su actividad principal
Asociación de trabajadores que se organizan para prestar servicios o producir bienes. Los asociados son a la vez trabajadores y dueños.
Asociación de consumidores que se unen para adquirir bienes y servicios de mejor calidad y a mejores precios.
Organización financiera propiedad de sus miembros, que ofrece servicios de ahorro y crédito con condiciones favorables.
Los principios y valores del cooperativismo son mucho más que una base estructural: son una manera de entender el trabajo, la economía y la vida en comunidad. Este modelo se apoya en la ayuda mutua, la solidaridad, la igualdad de oportunidades y el compromiso de caminar juntos.
Toda persona que quiera sumarse, sin importar su origen, tiene la posibilidad de formar parte. Lo importante es compartir el compromiso y los valores cooperativos.
Cada integrante tiene voz y voto. Las decisiones se toman entre todos, de forma participativa y transparente. No hay jerarquías impuestas.
Lo que generamos como cooperativa se distribuye de manera justa. Todos aportamos, todos recibimos, en función del trabajo y del esfuerzo compartido.
Somos dueños de nuestras decisiones. Actuamos con libertad y responsabilidad, sin depender de intereses ajenos a nuestro proyecto común.
Creemos en el aprendizaje constante. Por eso, nos formamos y compartimos conocimientos para seguir creciendo como personas y como comunidad cooperativa.
No competimos, nos apoyamos. La unión con otras cooperativas fortalece el movimiento y nos permite llegar más lejos, sin dejar a nadie atrás.
Somos parte de un entorno, de un barrio, de una historia. Trabajamos no solo por nosotros, sino por mejorar la vida de quienes nos rodean. Este es el corazón del cooperativismo: poner en el centro a las personas, confiar en la fuerza colectiva y construir con valores un mundo más humano.